Santo Domingo, 16 de octubre de 2025 — El histórico lanzador dominicano Juan Antonio “El Manico” Marichalprotagonizó un debut memorable con los Leones del Escogido, enfrentándose a las Águilas Cibaeñas en la temporada 1957-58 del béisbol invernal dominicano.
Un debut que marcó época
El 29 de diciembre de 1957, el dirigente del Escogido, Salty Parker, decidió darle la oportunidad al joven Marichal, quien fue llamado al montículo en el noveno episodio del encuentro para relevar al lanzador Julio Solano. (Diario Libre)
A pesar de los nervios del debut, Marichal mostró destellos de la potencia y precisión que años más tarde lo convertirían en el primer dominicano en ingresar al Salón de la Fama de Cooperstown. Enfrentó a bateadores experimentados como Dick Stuart, Ray Shearer, Frank Verdi y Howard Goss, ponchando a tres de ellos y permitiendo solo una base por bolas.Las Águilas se llevaron el juego, pero nació una leyenda
Aunque las Águilas Cibaeñas terminaron ganando el encuentro 7-0, con victoria para el lanzador Billy Dufour, el desempeño de Marichal dejó una impresión imborrable entre fanáticos y expertos del béisbol. (Diario Libre)
Durante esa temporada con el Escogido, el joven derecho lanzó 4.1 entradas, permitió 5 hits, otorgó una base por bolasy ponchó a tres bateadores, finalizando con marca de 0-1 y efectividad de 4.39.
El inicio de una carrera legendaria
Aquel debut fue el primer paso en una carrera que transformó el béisbol dominicano. Juan Marichal, oriundo de Laguna Verde, Monte Cristi, se convertiría en uno de los lanzadores más dominantes de las Grandes Ligas, vistiendo los uniformes de los Gigantes de San Francisco y los Medias Rojas de Boston.
Su característico estilo de lanzamiento, con la pierna levantada casi verticalmente, lo hizo inconfundible y lo llevó a conseguir 243 victorias, 2.89 de efectividad y 2,303 ponches en las mayores.
En 1983, fue exaltado al Salón de la Fama del Béisbol, convirtiéndose en un símbolo del talento y la disciplina dominicana.
Legado en la pelota invernal
El Escogido siempre ha recordado con orgullo el debut de Marichal, considerado uno de los momentos más emblemáticos en la historia del club. Su paso por la LIDOM abrió camino a generaciones de lanzadores dominicanos que hoy siguen su ejemplo de entrega, humildad y excelencia.
Más que un debut, aquella noche en 1957 marcó el nacimiento de una leyenda del béisbol dominicano.
