Santo Domingo — Auge esperado en el corto plazo
Analistas económicos nacionales proyectan que la economía de la República Dominicana registrará un repunte en el corto plazo, sostenido por un entorno de políticas monetarias estables, un fortalecimiento del crédito productivo y un escenario externo más favorable. En 2024, el país cerró con un crecimiento cercano al 5 % del PIB real.
Factores que impulsan el crecimiento
- Política monetaria y estabilidad macroeconómica: La banca central ha logrado mantener la inflación bajo control y crear un ambiente predecible para la inversión.
- Crédito productivo en alza: Se observa un aumento del financiamiento al sector productivo —agricultura, industria ligera, zonas francas— lo cual permite mayor dinamismo en la generación de empleo y valor agregado.
- Mejora del entorno externo: La recuperación del turismo, las exportaciones y las remesas favorecen la demanda interna y contribuyen a la expansión económica. Según informes internacionales, el país ha triplicado el promedio regional de crecimiento en las últimas décadas
Desafíos para que el crecimiento sea sostenible
Aunque el escenario resulta prometedor, los expertos insisten en que el repunte debe ser equitativo y distribuidor para realmente beneficiar al país. Algunas de las condiciones clave son:
- Distribución regional del crecimiento: Muchas provincias del interior todavía enfrentan rezagos en infraestructura, servicios e inversión productiva.
- Mejora de la productividad: Crecer no sólo por volumen, sino por eficiencia, innovación y diversificación de la economía.
- Fortalecimiento institucional: Transparencia, buen gobierno, y políticas de largo plazo que trasciendan ciclos electorales.
- Vulnerabilidad frente a choques externos: Dada la dependencia de sectores como el turismo o las exportaciones, la economía dominicana debe prepararse para escenarios adversos.
¿Qué implica para el ciudadano común?
Para los hogares y los trabajadores dominicanos, este repunte económico podría traducirse en:
- Más oportunidades de empleo en sectores emergentes.
- Mayor inversión en obras de infraestructura que favorezcan regiones menos desarrolladas.
- Estabilidad de precios que protege el poder adquisitivo de las familias.
- Espacio para que el Estado refuerce programas de educación, salud y servicios públicos, lo cual depende de los ingresos fiscales generados por el crecimiento.
Balance final
La República Dominicana se posiciona para aprovechar un ciclo de crecimiento positivo, gracias a fundamentos macroeconómicos sólidos y una demanda interna y externa en recuperación. Sin embargo, para convertir ese crecimiento en bienestar compartido, será indispensable que las políticas públicas se enfoquen en la regionalización del desarrollo, la innovación productiva y la mejora de infraestructura en todo el territorio. Solo de ese modo el crecimiento dejará de ser una cifra para convertirse en una realidad palpable para todos los dominicanos.
